domingo, 16 de octubre de 2011

Un juez con principios. Antifeminista

Alfonso Guerra, líder socialista por antonomasia, dijo un día: Una mujer que es maltratada por el marido es un drama terrible, y al marido hay que condenarlo con todas las de la ley; pero pasar de ahí a que una mujer que diga: "yo soy maltratada", ya todo el mundo de rodillas..., oiga, pues NO. 

Ante esta célebre declaración, las feministas no dijeron absolutamente nada, no salieron a la calle, no coparon portadas de medios de comunicación progresistas y no comenzaron huelgas de hambre hasta que no se exiliase  el interlocutor de tan simple declaración. Esto ocurrió, claro está, con Alfonso Guerra y debido precisamente a su cargo histórico en el PSOE, porque a cualquier ciudadano normal, le hubieran lapidado públicamente hasta que renunciara a su cargo, fuere el que fuese. 

Así sucedió, con el juez Francisco Serrano, titular del juzgado de familia número 7 de Sevilla, cuando se le ocurrió basándose en rigurosos estudios y análisis hacer unas declaraciones similares a las de Alfonso Guerra, variando, claro está la sintaxis penosa del líder socialista.  Por este, tan "funesto" comportamiento, el juez Serrano lleva 5 años siendo objeto de insultos y persecuciones por parte de colectivos de feministas radicales e incluso por miembros del Consejo General del Poder Judicial. 



Este juez, que ha estado ejerciendo como tal, más de 20 años y que tiene sobre el peso de sus hombros un montante de más de 2000 sentencias, está según palabras de su abogado, Miguel García Diéguez "estigmatizado de por vida". El gran problema que ha tenido el Juez Serrano en su carrera, motivo por el cual, ha sido ciertamente estigmatizado, es hacer una severa crítica a la inoperante e inconstitucional (según mi punto de vista), Ley de violencia de género, por considerarla "dirigida contra el hombre". No se queda aquí, puesto que también denuncia las consecuencias negativas de la propia ley, como son: denuncias falsas que se presentan para influir en la custodia de los hijos, el aumento del número de suicidios de hombres acusados injustamente, pero sin duda la denuncia que más enfrentamiento de los colectivos feministas le ha ocasionado, ha sido la denuncia del negocio de la violencia de género, "que se apoya en dinero público que se destina no en función de las sentencias sino de las denuncias que se ponen en los juzgados".

El primer ataque que recibió el juez Serrano, (que salió rana), fue el de la vocal del CGPJ y presidenta del Observatorio contra la violencia de género, Inmaculada Montalbán. Ésta, por oponerse frontalmente a la Ley de Violencia de Género, le puso a merced de algunos colectivos feministas (mediante medios de comunicación). Sin embargo, lo que Inmaculada Montalbán no sabía, era que el juez Serrano, tenía una larga historia judicial, con distinciones de colectivos feministas, entre los que destacan el de las mujeres violadas, por lo que no era el Ogro anti-derechos que se creían que era. 

Pena de Banquillo

Sin embargo, recientemente, un madre de sevilla, interpuso una querella contra el Juez Serrano acusándolo de prevaricación, "por modificar los términos de una custodia compartida dejando a un niño con su padre un día y medio más de lo acordado para que pudiera salir de paje en la procesión del Silencio, en la madrugá Sevillana". La madre, repetidamente en el juicio, conociendo los antecedentes del juez Serrano pronunció frases como: "¿Por qué? ¿Porque soy mujer, víctima de violencia de género?.

Durante el juicio, de forma reiterada en los medios de comunicación se daba información del juicio y se veía la división social, que el caso suscitó, pues no sólo había gente que estaba en contra del juez, sino que había también quienes optaban por apoyarle y aplaudirle a la llegada a los juzgados. 

Finalmente, el fiscal pidió finalmente la libre absolución después  de haberle querido imponer 10 años de inhabilitación.


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